I Congreso Atlántico Tricontinental de Mediación (CATME)
El pasado sábado 26 de noviembre tuvo lugar el acto de clausura del I Congreso Atlántico Tricontinental de Mediación, que se ha celebrado con gran éxito a lo largo de cuatro jornadas en la sede de la tinerfeña Universidad de La Laguna, en la que la Cátedra de Convivencia y Seguridad participó de manera activa en la organización.
Mediación y Justicia
Es preciso apostar por un modelo de justicia que incorpore la Mediación como forma de resolución de conflictos.
El futuro más deseable es aquel en el que los jueces no tengan que derivar a Mediación, sino que esta tarea sea realizada con anterioridad por los distintos operadores jurídicos, de modo que cuando llegue un conflicto al juzgado sea porque en las negociaciones previas no se ha llegado a un acuerdo.
Es necesario el desarrollo de la Mediación intrajudicial, pero esta no resultará exitosa si no se le dota de partidas presupuestarias para realizar dicho servicio. Aun así, el gran objetivo es que la Mediación se desarrolle a nivel extrajudicial.
Ser mediador es algo más que ser un profesional con formación en Mediación. Por ello, se debe ambicionar un Grado en Mediación que determine el contenido formativo y en el que existan especialidades.
Es esencial evaluar mejor el trabajo del mediador ya que, aunque no se alcance el acuerdo final, permanece latente pero no es tenido en cuenta a nivel estadístico.
Formación de los mediadores
Por la relevancia de su papel, la formación del mediador ha de ser completa, seria y estricta.
Es preciso fijar unos parámetros de calidad en cuanto a los contenidos formativos, abogando por un Corpus Teórico de la Mediación y por la creación de Posgrados y Doctorados destinados a investigar al máximo el universo de los conflictos.
Sesión informativa
Es necesario instaurar la sesión informativa con carácter obligatorio para la Mediación Familiar, que sea llevada con rigor y en la que las personas se sientan bien atendidas, con independencia de que se alcance o no el pretendido acuerdo.
Se precisa obligar a las partes a que acudan a la sesión informativa para conocer en qué consiste la Mediación y, una vez conocida, posean el criterio suficiente para aceptar o no el uso de esta herramienta.
Mediadores
El mediador debe prestar atención a las historias que no se hacen presentes, creer en la naturaleza de todas ellas (las que se escuchan y las que no), y después anclarlas para que sean legítimas y perduren.
Deben legitimar a las personas y que ellas se reconozcan a su vez legitimadas. Para ello, es preciso cambiar la narrativa. Sólo puede hablarse de futuro rehaciendo la narrativa del pasado. Hacer más humanas a las partes también es trabajo del mediador.
Han de vender la Mediación como un instrumento capaz de eliminar las piedras del camino de un modo eficaz y rápido, así como la certidumbre de la resolución del conflicto que, en este caso, no va a depender de un tercero juez.
Los moldes más potentes en la personalidad del mediador son persuasión, captación, conciliación y evasión, debiendo poseer asimismo flexibilidad, optimismo y elevadísima conexión emocional.
Ciudadanía
Los ciudadanos se dirigirán a los despachos de abogados solicitando Mediación cuando adquieran esa Cultura de la Paz. En ese sentido, una escuela que fomenta la vida democrática ayuda a que la población entienda la importancia de vivir respetando a los demás y recurra a una herramienta tan justa como la Mediación, que permite que las personas mejoren.
La implementación de la Mediación en los centros escolares es un gran acierto, ya que mejora las capacidades de esos niños que están formándose como personas a integrar esta herramienta y a acudir a ella de forma natural.
A través de la Mediación Familiar los padres vuelven a comunicarse, aprenden a gestionar sus conflictos de manera pacífica y vuelven a plantearse un futuro en el que tendrán que seguir siendo padres, tomar decisiones conjuntas y velar por el interés de los menores.
La forma más viable de fomentar y difundir la figura de la Mediación entre la ciudadanía es a través de la intervención comunitaria.
Justicia Restaurativa y Terapéutica
Avanzamos muy lentamente hacia una justicia restaurativa y terapéutica y el ámbito penal es el más adecuado para ello. No obstante, los cambios deben provenir de todos los campos sociales, por lo que se propugna desde este foro una verdadera reeducación de la sociedad.